Con los
precedentes de la gachamiga del Sábado, vamos, lo más indicado para coger
fuerzas, me presento en esta bonita carrera que se celebra en casa por segundo
año consecutivo, pero esta ocasión, mi objetivo es el acompañar a un buen amigo
Josemari durante todo su trayecto, y de paso, tratar de engancharlo en este maravilloso
mundillo de la montaña.
Con
temperatura muy fresca nos recibe el Barrio de la Estación de Novelda,
lugar de inicio y finalizacion de la prueba. Llegamos con tiempo para recoger
el dorsal, saludar a muchos amigos y cambiarnos para la faena. Una vez
cambiados, Carlos, Josemari y un servidor con muuucho fresco en el cuerpo, no
dirigimos hacia la salida.
A las
9.31 AM da inicio la carrera. Todo subida al principio, y para quitarme el frío
y de manera inconsciente, dejo tirado a Josemari, ¡así no vamos! En la subida
al Montaut, en el falso llano lo espero e indico a Carlos que se marche si
quiere, que yo me quedaba con él para acompañarlo durante toda la carrera,
como así se lo prometí. Cuando llega a mi altura, le dejo pasar y desde ese
momento ya no me separaré de él, ni él de mi, aunque lo intentó.
Circuito
entretenido; con saltos por la rambla para no pisar el agua salada, luego el
trayecto entre “clots” estuvo chulo, para luego encaramarnos hacia la mola,
donde subiremos por un tramo diferente al de la primera edición, pero también
muy bonito.
Al
pasar por la cumbre, saludo a Jesús que allí se encontraba “trabajando” y
iniciamos el descenso, tanto no le gusto el recorrido a Josemari, que decidió
“hacer un parón” para besar el suelo,
afortunadamente sin mayores consecuencias. Con mucho cuidado en la bajada,
llegamos hasta la cantera, y desde aquí, por caminos y sendas, dirección a la
meta a donde llegaremos tras 2horas y 4 minutos de carrera.
Hasta
aquí la parte deportiva de la prueba y ahora comenzaba la parte culinaria,
¡otra alegría más para el cuerpo! Recogemos la bolsa del corredor y a recuperar
el esfuerzo con un plato de longaniza, chorizo y panceta con refresco de cola,
que sienta fenomenal.
Cuando
nos planteamos el irnos, nos aparece Aly con torta de manzana y chocolate
caliente, ¡qué buena gente eres Aly! Ante tal ofrecimiento no podíamos hacerle
el feo a nuestra buena amiga, pues nada, a seguir zampando y cascando con la
gente. ¡Qué bueno ese chocolate caliente!, al solecito y charrando con los
colegas, para no olvidar.
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